Hecho clave:
Los comicios de este 2024 revisten una vital trascendencia para la democracia, puesto que es la oportunidad de reafirmar la confianza en la gestión anterior o dar un golpe de timón a la nave de la democracia y los destinos de la patria.
Este 2024 en El Salvador, se celebrarán los comicios presidenciales, legislativos y municipales, los primeros celebrados después de la implementación del régimen de excepción, que ha generado la percepción paz, seguridad y tranquilidad en un gran sector de la población, paralelamente en otro segmento poblacional se escuchan voces que señalan que el gobierno actual ofrece una paz contraria al concepto de derechos humanos y que no tiene objetivos claros y bien definidos en torno a los temas de nación.
Uno de los aspectos que resulta importante destacar en este año preelectoral en torno a la participación ciudadana en las elecciones, es el poder que se nos otorga para elegir a nuestros gobernantes. Esto representa un aspecto básico para dotar de legitimidad y la transparencia el ejercicio del poder.
La participación ciudadana en procesos electorales constituye un elemento en la dinámica social por lo cual, el derecho a votar es una de nuestras libertades más importantes y en este sentido, la motivación es un motor valioso para participar en la vida de nuestro país, debe surgir del reconocimiento que hagamos de nuestra condición de ciudadanos en un Estado que, gracias a luchas históricas, ha establecido y garantiza nuestro derecho a participar de diversas maneras y en diversos espacios.
Se ha sostenido durante mucho tiempo que la participación ciudadana en la elección de funcionarios es un pilar fundamental de la democracia alrededor del mundo y El Salvador no es la excepción. Es indudable que a través del voto y la participación activa en los procesos electorales tal y como lo afirman los expertos y corrobora la experiencia, los ciudadanos tienen la oportunidad de influir en la toma de decisiones y elegir a aquellos que consideran más idóneos para representar sus intereses y velar por el bienestar de la sociedad.
Desde esa óptica, el derecho al voto constituye una instancia fundamental de participación, entre las muchas que propone nuestro sistema democrático. Sin duda, tiene una importancia destacada por tratarse al mismo tiempo de un acontecimiento individual y colectivo en el que se enlazan los derechos y los deberes de la ciudadanía.
Los comicios de este 2024 revisten una vital trascendencia para la democracia, puesto que es la oportunidad de reafirmar la confianza en la gestión anterior o dar un golpe de timón a la nave de la democracia y los destinos de la patria, por tanto, debe el pueblo salvadoreño reafirmar a través del sufragio la poderosa acción que se le concede a todo ciudadano sin distinción de sexo, raza o condición social, de elegir al gobernante y que no sean los dioses o las armas quienes lo hagan. Las elecciones son la espada de la sociedad, la puerta que se abre para crear instituciones democráticas y, que sabrá premiar a los buenos y castigar a los malos gobernantes y que en esta ocasión por primera vez se desarrollará en condiciones de relativa paz, seguridad y tranquilidad.
