Hecho clave:
La baja participación electoral debilita gradualmente la democracia, su legitimidad y representatividad. Cuando solo una parte de la sociedad vota, el gobierno puede no reflejar las necesidades de todos, erosionando la confianza en las instituciones democráticas.
La participación electoral ciudadana es mucho más que una acción administrativa, cada voto emitido en una urna representa un compromiso de una persona con el destino colectivo y la promesa de un futuro moldeado por la voluntad de cada ciudadano. Se convierte en un acto de solidaridad y responsabilidad compartida, recordándonos que, en última instancia, somos coautores de nuestra historia y garantes de nuestra democracia.
Sin embargo, en los últimos años, en El Salvador cada vez es más notorio, la apatía, desinterés o indiferencia. Hemos sido testigos de un fenómeno cada vez más preocupante de este fenómeno. De acuerdo a los datos vertidos por el Tribunal Supremo Electoral para las elecciones del 2021: 2,512,001 hombres y 2,877,016 mujeres se encontraban inscritos en el padrón electoral de los cuales solamente 1,192,530 hombres asistieron a emitir su sufragio, representando el 22.13% de la población masculina. Y para el caso de las mujeres asistieron a expresar su voto 1,446,448, es decir, el 26.84%. Obteniendo para ese año un total del 48.97% de personas que asistieron a participar en los comicios (1). Lo cual representa menos de la mitad de la población inscrita.
En el 2024, nos encontramos nuevamente con un proceso electoral en la que tuvimos que elegir fórmula presidencial, diputados y alcaldes. Esta vez la población inscrita es un poco mayor: 2,958,194 hombres, 3,256,205 mujeres; de los cuales no hay resultados oficiales de la asistencia a emitir su voto, pero que de acuerdo con los datos publicados en redes sociales y periódicos los datos pueden estar más o menos similares, o probablemente por debajo de los sucesos electorales anteriores. Y fue más evidenciado en las elecciones de los Consejos Municipales y diputados del Parlamento Centroamericano, ya que se pudo manifestar el ausentismo de forma latente, por lo que se perfila que ha sido la tasa de participación electoral más baja en los últimos 25 años de historia. Corroborando que la población pierde un poco el interés por ir a votar en las elecciones municipales.
Este hecho va más allá de la mera indiferencia; puede ser visto como una amenaza palpable para el corazón mismo de las instituciones democráticas. Cuando la participación electoral es baja, se pone en peligro la salud de la democracia. ¿Por qué? Porque los gobiernos que resultan de elecciones con baja participación no pueden afirmar ser verdaderamente representativos de la diversidad de voces y perspectivas que conforman la sociedad. Esto significa que se corre el riesgo de que ciertos grupos o intereses sean ignorados o subrepresentados en el proceso político, lo que puede llevar a decisiones sesgadas que no reflejan las necesidades y preocupaciones de todos. Además, la legitimidad de las instituciones políticas está en juego, ya que cuando una parte significativa de la población opta por no participar en las elecciones, surgen dudas sobre la autoridad y la capacidad de nuestros gobiernos para administrar de manera efectiva. Esta falta de participación puede generar una percepción de ilegitimidad, lo que debilita la confianza en las leyes y decisiones políticas. Es un ciclo que alimenta el descontento social, la polarización y la desconfianza en nuestra democracia, debilitando así la estabilidad política y cohesión social.
No se debe pasar por alto el hecho, de que, una baja participación electoral limita la diversidad de ideas y perspectivas en el gobierno, lo que a su vez obstaculiza la capacidad para innovar y resolver problemas de manera efectiva.
Es crucial abordar estos problemas y fomentar una participación activa de todos los ciudadanos en los procesos democráticos. Solo así se podrá construir una sociedad más inclusiva, representativa y verdaderamente democrática. El poder democrático reside en cada uno de nosotros.
Referencias
1. Tribunal Supremo Electoral. Tribunal Supremo Electoral. Tribunal Supremo Electoral. [En línea] https://www.tse.gob.sv/TSE/Estad%C3%ADsticas-electorales.